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lunes, 23 de diciembre de 2013

Las deudas

No tomaré préstamos ni fiao con intereses... y así aprovecharé todo mi dinero


A mediados del año 1999 en mi abultada familia no había dinero con qué comer ni siquiera guineítos verdes con aceite amarillo. Pero... ¿Había sido el país azotado por algún ciclón batatero? ¿Había perdido el empleo?, nada de eso, el país andaba bien y mi empleo estaba mejor que Lola.


Un préstamo está ideado para que la gente obtenga ahora el dinero que necesita y lo pague en el futuro mediante una cantidad de pagos acordados con el prestamista. La compra a crédito, fiao o financiamiento es básicamente lo mismo, con la diferencia de que en lugar de dinero lo que recibe es bienes, artículos o servicios.

El dinero que recibimos en préstamos o fiao tiene un costo que conocemos con el nombre de “interés”. El dinero que recibimos en préstamos resuelve uno de nuestros problemas, los intereses que pagamos por ese préstamo agravan los demás problemas que tenemos.

En la medida que crece la cantidad de dinero que debemos, así mismo aumenta el volumen de los intereses que tenemos que pagar, hasta llegar a un punto donde todos nuestros ingresos se destinan al pago de deudas o peor aún, sólo al pago de los intereses de esas deudas.

Desde que usted debe dinero de interés, por deudas de consumo y negocios fracasados, ya ha dado por lo menos un paso en la vía que conduce a la “miseria total”. Aunque todavía esté muy lejos, ya empezó el viaje y tendrá que decidir hasta dónde llegar, dónde parar y devolverse, en una ruta con irresistibles encantos que lo invitan a seguir adelante hasta el abismo de la perdición económica.

TIPOS DE DEUDAS.

1)  De consumo.
2)  Para vivienda.
3)  Para negocios.

DEUDAS DE CONSUMO.

Cuando acudimos a préstamos, tarjetas de crédito y fiao para obtener comida, medicina, libros y hasta vehículos para uso privado; estamos incurriendo en “deudas de consumo”. Este es precisamente el tipo de deuda que se ha convertido en una epidemia que afecta a gran parte de la gente, destruyendo su paz, salud y progreso.

La situación es tan alarmante que hasta la comunidad evangélica cristiana es atacada por este mal. En un folleto sobre finanzas personales escrito por varios pastores de la Iglesia Adventista, ellos reconocen la gravedad del problema entre sus miembros.

En la página 25 dice lo siguiente: hay muchas personas que se han enredado en la diabólica trampa de las deudas, la maldición del momento, porque no han ajustado sus gastos a sus entradas y porque no han tenido una planificación que abarque a todos los miembros de la familia”.

Debemos esforzarnos para no embarcarnos en “deudas de consumo” ya que, en importantes aspectos, con ellas conseguimos exactamente lo contrario de lo que buscamos. Queremos mejores alimentos, salud, mejor educación y hasta andar “montao”... y resulta que a los 30 días de la primera deuda, cuando hacemos el primer pago de intereses, ya tenemos menos dinero para comida, educación y lo demás. Esto es así porque el dinero que pagamos de interés se lo arrancamos al mismo salario que cobrábamos cuando no teníamos deuda.

Si queremos mantener o elevar el nivel de vida entonces cada mes nos endeudamos más, pagamos más intereses y contamos con menos dinero del salario u otros ingresos. Llega el momento en que nos cortan el crédito, todos nuestros ingresos son para pagar las deudas y... ¡ya usted sabe!.

DEUDAS PARA VIVIENDA.

La compra o construcción de una vivienda es una de las mejores obras que podemos hacer en la vida. Las deudas para adquirir una vivienda son buenas desde cualquier punto de vista ya que hasta los intereses que cobran por esas deudas son bastante bajos.

DEUDAS PARA NEGOCIOS.

Hace algunos años un locutor de Santiago daba la versión de que le había ido mal en un negocio que había instalado y que sorprendido de ese mal resultado se preguntó - ¿Soy yo el individuo más bruto del mundo? Para averiguarlo se dedicó a investigar la historia de los negocios instalados en los últimos años en la zona comercial de Santiago y se llevó otra sorpresa: varios cientos de negocios habían fracasado.

Mucha gente tiene la creencia de que los negocios son una vía fácil y segura para alcanzar el éxito en la vida, percepción que  se expresa en el popular refrán “Los negocios son los que dejan”.

Sin embargo, la realidad es otra muy diferente.

Sabemos que el progreso de la nación requiere de ciudadanos emprendedores que cada día desarrollen empresas de cualquier tamaño y género, empezando desde una fritura de pico y pala hasta una fábrica de aviones. Pero esto debe hacerse sólo cuando están dadas las condiciones para tener éxito debido a que los fracasos en negocios financiados con deudas derivan terribles consecuencias para el individuo y la familia. Muchos hemos pagado muy caro esos errores.

Yo mismo soy el mejor ejemplo de muchísimos fracasos en micro negocios desde hace 31 años. Como este humilde escrito no es sobre mi extenso rosario de fracasos, sólo trataré brevemente el 1ro en 1982.

Como casi recién graduado de “Electrónica Industrial” en el “Instituto Politécnico Loyola” de San Cristóbal y estando trabajando en el “INDRHI”, quise ampliar mis horizontes instalando un verdadero taller profesional de radio y televisión en la zona comercial de San C.

Con ese fin compré casi todos los equipos de reparación más modernos y de mejor calidad de la época. Por lo menos en San C. yo no conocía ningún taller que tuviera esos equipos. Y ¿Qué pasó? Sencillo, no encontré un local en alquiler para poner el taller.

Desde el principio pensaba que encontrar un local era cosa de salir a caminar y en 5 minutos ya tendría varios para elegir. Ahora bien, el hecho de que hubiese encontrado local no garantizaba el éxito ni mucho menos, más bien podría haber estado retrasando el fracaso por otros motivos.

Desde entonces sé, aunque no me ha servido de nada, que en los negocios  se fracasa por cientos de causas y yo las he ido padeciendo una por una.

Por eso les digo a mis amigos, en son de broma, que para los negocios se necesita la asesoría de 2 expertos: Uno en éxitos y otro en fracasos.
Otra pareja de esposos, amigos, les encanta y se burlan del optimismo que a lo largo de estos 31 años derivaba, ya no, de lo que era mi frase favorita y filosofía curativa después de cada fracaso: “Mientras más fracase, más cerca estoy del éxito”. Un gran disparate.

ESPIRAL DE LAS DEUDAS.

Si en Enero usted gana RD$15,000 pesos al mes pero tiene compromisos y gastos por valor de RD$17,000, está empezando el año con un faltante mensual de RD$2,000. Si busca prestado ese faltante a un interés del 10% por ciento mensual y mantiene igual sus gastos, para febrero tendrá que buscar los dos mil pesos fijos faltantes más lo que tiene que pagar al primer préstamo de dos mil.

 A este ritmo, al final del año tendrá una deuda de RD$47,043. Arrastró hasta Diciembre los errores financieros acumulados  de todo el año y si dispone de todos  esos cuartos es el  momento de pagar esos errores casi con la Ley del Talión, peso por peso, ya que de esos RD$47,043 usted sólo usó RD$24,000, los otros RD$23,000 son de intereses y serán disfrutados por los prestamistas, gente admirable que administra sabiamente su dinero y controlan sus instintos de consumo.

EFECTOS EN LA EMPRESA.

Entre los efectos negativos de las desgracias financieras personales se encuentra la disminución de la calidad y cantidad de las labores realizadas por empleados con problemas de dinero.

Así como las empresas dedican su atención sobre algunas necesidades de sus empleados en el ámbito de la salud y la educación a través de becas, subsidios y seguros médicos, así también es conveniente que emprendan una gestión de colaboración en la búsqueda de solución al problema que padecen muchos de sus empleados, por mal funcionamiento económico,

EL INTERÉS DEL PRÉSTAMO.

En todo préstamo encontramos 4 elementos esenciales:
a) La cantidad en pesos del préstamo.
b) El interés.
c) El valor de los pagos mensuales o semanales.
d) El plazo o tiempo para pagar.

El que  presta lo hace cobrando una cantidad de dinero que depende del tamaño, el tiempo para pagar y el interés del préstamo. También pueden agregarles otros costos como seguro, gastos de abogados y demás.

Para los fines de nosotros los pobres, calificamos de “intereses” todo lo que paguemos que esté por encima de lo que recibimos. Sin cuentos ni disfraces.

El interés que se le aplica a un préstamo es de enorme importancia, por tanto, tenemos que dedicar el mayor esfuerzo posible para lograr que ese interés sea el más bajo que existe para nosotros en toda la bolita del mundo.

Si un prestamista no pregona a los cuatro vientos el interés que cobra en sus préstamos, probablemente ese interés es elevado. Si a pesar de preguntar aún así lo esconden o se van por las ramas para no decirlo, entonces prenda el motor de sus canillas y salga huyendo de ahí, pero mire, ¡en bola de humo!

En una ocasión acudí a un banco comercial con la intención de obtener un préstamo de RD$25,000, para pagar en 2 años o 24 meses. De inmediato me llevaron a un escritorio y me pidieron la cédula para sacarle copia, según me dijeron. A propósito, la persona que me recibió en aquel desaparecido banco extranjero de altas cumbres, yo no llegué a saber si era hombre o mujer. ¡Vainas de estos tiempos!

Sospecho que en esa escapada con mi cédula obtuvieron un reporte de mi historial de crédito, en una de las 2 empresas que dan ese servicio por Internet, porque al regreso el equipo de representantes había sido ampliado a 4 o 5 para negociar conmigo solo ese pequeño préstamo.

Trataban de embelesarme y apurarme con maravillas de virtudes tales como la prontitud del préstamo, la facilidad y el poco papeleo. Me tendían el contrato e insistían en que firmara de inmediato.

Me sacudí de la encerrona y les dije:
 Esperen un momento, ni siquiera hemos hablado de los pagos mensuales y el interés del préstamo.

No quisieron decirme el interés pero si los pagos, que serían de RD$2,500. Rápidamente calculé que pagaría RD$60,000 por un préstamo de RD$25,000. Esto significa un interés de 8.62 por ciento mensual o 103.54 por ciento anual. Al ver esto me dije:

-“Patica pa que te tengo”, si los prestamistas de la calle me prestan más barato.

Pero… hasta ¡grima! O sea pena y ganas de llorar, me daba cada vez que dentro de un carro del concho cruzaba por el frente de esos prestamistas y veía buscando préstamos a mucha gente que le brotaba el hambre y la miseria por los poros, en su amplia sala de espera completamente llena.

También hace unos 5 años un famoso banco que entre sus valores proclama “Respeto al cliente” lanzó al mercado un préstamo anunciado a los cuatro vientos, con brochure y jovencitas parlanchinas apostadas en los cajeros automáticos. La primera vez que me abordaron lo hicieron frente a uno de los cajeros automáticos a la entrada de una de sus oficinas principales en Santiago.

Después que la jovencita me encantó con todos los bombos y platillos de la oferta del préstamo le pregunté por el interés que había que pagar. Ella no lo sabía y el brochure tampoco lo decía. Me llevó al interior del banco para preguntar a empleados de planta y… ¡AH! Sorpresa, ellos tampoco sabían. Tiempo después me llegó por vías insospechadas ese al parecer “Secreto de alta seguridad de estado”. El interés era 8% mensual. Para esa época Trinidad me prestaba a un 4 o 5 por ciento.

Al día de hoy, para obtener todo tipo de información y trato justo, también usted puede y debe hacer valer los derechos que nos otorgan:

1- La ley “358-05 de protección de los derechos del consumidor o usuario”.

2- “Reglamento de protección al usuario de los servicios financieros”.

TIPOS DE INTERÉS

A nuestras deudas generalmente les aplican uno de los siguientes tipos de intereses:

a) Interés sobre el saldo insoluto o “para lo que todavía debo”

b) Interés sobre el saldo inicial o “para toda la vida” (del préstamo).

A) INTERÉS SOBRE EL SALDO INSOLUTO.

En este sistema en cualquier fecha pagamos interés al dinero que todavía debemos en ese momento y por el tiempo que ha pasado después del último pago realizado.
Regularmente se hacen pagos mensuales de igual valor, los que son calculados por un programa de computadoras. En la tabla 1 de pagos podemos ver que en cada pago es más pequeña la cantidad que pagamos por intereses y mayor lo aplicado al capital.

MES
DEUDA
5% INTERES
ABONO
PAGO
1
3,000.00
150.00
441.05
591.05
2
2,558.95
127.95
463.11
591.05
3
2,095.84
104.79
486.26
591.05
4
1,609.58
80.48
510.57
591.05
5
1,099.01
54.95
536.10
591.05
6
562.91
28.15
562.91
591.05





TOTAL
~~~~~~~
546.32
3,000
3,546.32

       Tabla 1

Otra forma de pago es la llamada “decreciente, cuya tabla de pagos podemos elaborar nosotros mismos con una calculadorita de $35.oo. Si debe $3,000.oo para pagar en 6 cuotas mensuales, lo primero que hacemos es dividir los tres mil entre seis lo cual nos da un valor de $500.oo.  Ese será el abono a capital cada mes. Ahora a cada abono de $500.oo le sumaremos lo que le toque de interés en cada mes,  que será menos en cada pago.  Tabla 2.

MES
DEUDA
5% INTERES
ABONO
PAGO
1
$3,000
$150
$500
$650
2
$2,500
$125
$500
$625
3
$2,000
$100
$500
$600
4
$1,500
$75
$500
$575
5
$1,000
$50
$500
$550
6
$500
$25
$500
$525





TOTAL
~~~~~~~
$525
$3,000
$3,525

       TABLA 2

INTERÉS “PARA TODA LA VIDA DEL PRÉSTAMO”

En los ejemplos anteriores vemos que el interés que pagamos el primer mes es de RD$150.00 y que esa cantidad va bajando en la medida que disminuye el capital de la deuda contraída.

Si esa deuda la tenemos con “interés para toda la vida” entonces esos RD$150 se quedan pegados en todos los meses y nos aplican la primera cuota de pago de la tabla 2 durante 6 meses, lo cual hará que paguemos 650 x 6 = RD$3,900, o sea que en vez de RD$525 pagamos RD$900 de intereses. Tabla 3.
MES
DEUDA
5% INTERES
ABONO
PAGO
1
$3,000
$150
$500
$650
2
$2,500
$150
$500
$650
3
$2,000
$150
$500
$650
4
$1,500
$150
$500
$650
5
$1,000
$150
$500
$650
6
$500
$150
$500
$650





TOTAL
~~~~~~~
$900
$3,000
$3,900

       TABLA 3

PRÉSTAMO PUENTE.

La pobre doñita, obrera de zona franca, ya había pagado más de RD$5,000 en intereses por un préstamo de RD$3,000. Si, cinco mil en intereses. No sabía cuando terminaría ese martirio ya que sólo pagaba los intereses semanales que eran de RD$300, los cuales tenía que arrancárselos dolorosamente a los escasos pesitos que cobraba. Estaba pagando un 10 por ciento semanal, que equivale a 43 por ciento mensual.

Había caído en esa trampa a raíz de la enfermedad de una hijita para la cual se vió en la obligación de buscar de emergencia esos tres mil pesos, cuya carga, costo o intereses ahora se convertían en una nueva amenaza para su familia porque esos trescientos pesos que pagaba todas las semanas significaban menos comida, medicina y educación.

En este caso nos preguntamos ¿Pudo esta pobre señora negarse a buscar ese préstamo? ¡NO! Ese día, en ese momento, estaba obligada a hacerlo y lo hizo.
Después de los 2 o 3 primeros días de emergencia y angustia ¿pudo ella además de aliviar las dolencias de su hija, encontrar con más calma la forma de disminuir la pesada carga que iba a llevar con el pago de intereses? ¡SI!

Ella podía buscar RD$3,000 más en otra parte a un interés mucho más bajo y con ese dinero pagar el primer préstamo, que llamamos “préstamo puente”, el cual le sirvió valiosamente para cruzar la peligrosa tempestad de la crisis de su amada hija.

Entre las opciones que ella tenía se encuentran:
1ro  Que alguien de la familia o amig@ se los prestara sin intereses.
2do Empeñar alguna prenda o electrodoméstico en “Monte de Piedad”, la compra venta del Estado, o del Gobierno, a un interés de 6 por ciento mensual.( Av. Las Carreras  esq. Duarte, en Santiago. Tel. 809-582-2002).
3ro Buscar un préstamo en una cooperativa, banco comercial o en una  asociación de ahorros y préstamos.

Una buena opción que ella tenía era conseguir un “Préstamo Nómina” del banco Popular el cual tenia o tiene ese tipo de préstamo para quienes devengan bajos salarios y cobran a través de ese banco. Ese tipo de préstamos era o es a un 8 por ciento de interés mensual.

Este caso nos trae también la pregunta de por qué esta señora no tenía ahorros en un “fondo de emergencia” que le habrían permitido afrontar la crisis sin pagarle un centavo de interés a nadie. Ya sabemos la respuesta de mucha gente, sin embargo piense que si un año antes esta señora hubiese empezado a guardar RD$60.00 semanales, habría tenido RD$3,120.oo en el momento de la crisis. Debido a que a las personas de muy bajos ingresos les resulta difícil obtener préstamos a los más bajos intereses del mercado y conseguir tarjetas de crédito, queda confirmado que, mientras más pobres somos más necesidad tenemos de guardar una parte de nuestros ingresos para ser usados única y exclusivamente en casos de emergencia de los familiares más cercanos.

REFERENCIAS DE CRÉDITO.

Es el historial de los préstamos y créditos que se tienen en la actualidad y los que se han tenido en el pasado. Es de vital importancia que ese historial hable muy bien de nosotros para encontrar muchas puertas abiertas en el futuro.

Para obtener un préstamo o una tarjeta de crédito las entidades financieras verifican primero nuestro historial en sitios  especiales de Internet. Esa información  también podría ser usada para otros fines tales como  conseguir empleo.

Si no tenemos referencias de crédito y aunque en la actualidad no necesitemos ningún tipo de crédito, lo más conveniente es hacer un buen historial con crédito que no tenga costo. Si tiene más de seis meses en un empleo podrá conseguir una tarjeta de crédito y empezar a hacer pagos con ella, aunque sólo sea la factura telefónica.

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