No tomaré
préstamos ni fiao con intereses... y así aprovecharé todo mi dinero
A mediados
del año 1999 en mi abultada familia no había dinero con qué comer ni siquiera
guineítos verdes con aceite amarillo. Pero... ¿Había sido el país azotado por
algún ciclón batatero? ¿Había perdido el empleo?, nada de eso, el país
andaba bien y mi empleo estaba mejor
que Lola.
Un préstamo
está ideado para que la gente obtenga ahora el dinero que necesita y lo pague
en el futuro mediante una cantidad de pagos acordados con el prestamista. La
compra a crédito, fiao o financiamiento es básicamente lo mismo, con la
diferencia de que en lugar de dinero lo que recibe es bienes, artículos o
servicios.
El dinero que
recibimos en préstamos o fiao tiene un costo que conocemos con el nombre de “interés”.
El dinero que recibimos en préstamos
resuelve uno de nuestros problemas, los intereses que pagamos por ese préstamo
agravan los demás problemas que tenemos.
En la medida
que crece la cantidad de dinero que debemos, así mismo aumenta el volumen de
los intereses que tenemos que pagar, hasta llegar a un punto donde todos
nuestros ingresos se destinan al pago de deudas o peor aún, sólo al pago de los
intereses de esas deudas.
Desde que
usted debe dinero de interés, por deudas de consumo y negocios fracasados,
ya ha dado por lo menos un paso en la vía que conduce a la “miseria total”.
Aunque todavía esté muy lejos, ya empezó el viaje y tendrá que decidir hasta
dónde llegar, dónde parar y devolverse, en una ruta con irresistibles encantos
que lo invitan a seguir adelante hasta el abismo de la perdición económica.
TIPOS DE
DEUDAS.
1) De consumo.
2) Para vivienda.
3) Para negocios.
DEUDAS DE
CONSUMO.
Cuando
acudimos a préstamos, tarjetas de crédito y fiao para obtener comida, medicina,
libros y hasta vehículos para uso privado; estamos incurriendo en “deudas de
consumo”. Este es precisamente el tipo de deuda que se ha convertido en una
epidemia que afecta a gran parte de la gente, destruyendo su paz, salud y
progreso.
La situación
es tan alarmante que hasta la comunidad evangélica cristiana es atacada por
este mal. En un folleto sobre finanzas personales escrito por varios pastores
de la Iglesia Adventista, ellos reconocen la gravedad del problema entre sus
miembros.
En la página
25 dice lo siguiente: “hay muchas personas que se han enredado en la
diabólica trampa de las deudas, la maldición del momento, porque no
han ajustado sus gastos a sus entradas y porque no han tenido una planificación
que abarque a todos los miembros de la familia”.
Debemos
esforzarnos para no embarcarnos en “deudas de consumo” ya que, en importantes
aspectos, con ellas conseguimos exactamente lo contrario de lo que buscamos.
Queremos mejores alimentos, salud, mejor educación y hasta andar “montao”... y
resulta que a los 30 días de la primera deuda, cuando hacemos el primer pago de
intereses, ya tenemos menos dinero para comida, educación y lo demás. Esto es
así porque el dinero que pagamos de interés se lo arrancamos al mismo
salario que cobrábamos cuando no teníamos deuda.
Si queremos
mantener o elevar el nivel de vida entonces cada mes nos endeudamos más,
pagamos más intereses y contamos con menos dinero del salario u otros ingresos.
Llega el momento en que nos cortan el crédito, todos nuestros ingresos son para
pagar las deudas y... ¡ya usted sabe!.
DEUDAS PARA
VIVIENDA.
La compra o
construcción de una vivienda es una de las mejores obras que podemos hacer en
la vida. Las deudas para adquirir una vivienda son buenas desde cualquier punto
de vista ya que hasta los intereses que cobran por esas deudas son bastante
bajos.
DEUDAS PARA
NEGOCIOS.
Hace algunos
años un locutor de Santiago daba la versión de que le había ido mal en un
negocio que había instalado y que sorprendido de ese mal resultado se preguntó - ¿Soy yo el
individuo más bruto del mundo? Para averiguarlo se dedicó a investigar la
historia de los negocios instalados en los últimos años en la zona comercial de
Santiago y se llevó otra sorpresa: varios cientos de negocios habían fracasado.
Mucha gente
tiene la creencia de que los negocios son una vía fácil y segura para alcanzar
el éxito en la vida, percepción que se
expresa en el popular refrán “Los negocios son los que dejan”.
Sin embargo,
la realidad es otra muy diferente.
Sabemos que
el progreso de la nación requiere de ciudadanos emprendedores que cada día
desarrollen empresas de cualquier tamaño y género, empezando desde una fritura
de pico y pala hasta una fábrica de aviones. Pero esto debe hacerse sólo cuando
están dadas las condiciones para tener éxito debido a que los fracasos en
negocios financiados con deudas derivan terribles consecuencias para el
individuo y la familia. Muchos hemos pagado muy caro esos errores.
Yo mismo soy
el mejor ejemplo de muchísimos fracasos en micro negocios desde hace 31 años.
Como este humilde escrito no es sobre mi extenso rosario de fracasos, sólo trataré
brevemente el 1ro en 1982.
Como casi
recién graduado de “Electrónica Industrial” en el “Instituto Politécnico
Loyola” de San Cristóbal y estando trabajando en el “INDRHI”, quise ampliar mis
horizontes instalando un verdadero taller profesional de radio y televisión en
la zona comercial de San C.
Con ese fin
compré casi todos los equipos de reparación más modernos y de mejor calidad de
la época. Por lo menos en San C. yo no conocía ningún taller que tuviera esos
equipos. Y ¿Qué pasó? Sencillo, no encontré un local en alquiler para poner el
taller.
Desde el
principio pensaba que encontrar un local era cosa de salir a caminar y en 5
minutos ya tendría varios para elegir. Ahora bien, el hecho de que hubiese
encontrado local no garantizaba el éxito ni mucho menos, más bien podría haber estado
retrasando el fracaso por otros motivos.
Desde
entonces sé, aunque no me ha servido de nada, que en los negocios se fracasa por cientos de causas y yo las he
ido padeciendo una por una.
Por eso les
digo a mis amigos, en son de broma, que para los negocios se necesita la
asesoría de 2 expertos: Uno en éxitos y otro en fracasos.
Otra pareja
de esposos, amigos, les encanta y se burlan del optimismo que a lo largo de
estos 31 años derivaba, ya no, de lo que era mi frase favorita y filosofía
curativa después de cada fracaso: “Mientras más fracase, más cerca estoy del
éxito”. Un gran disparate.
ESPIRAL
DE LAS DEUDAS.
Si
en Enero usted gana RD$15,000 pesos al mes pero tiene compromisos y gastos por
valor de RD$17,000, está empezando el año con un faltante mensual de RD$2,000.
Si busca prestado ese faltante a un interés del 10% por ciento mensual y
mantiene igual sus gastos, para febrero tendrá que buscar los dos mil pesos
fijos faltantes más lo que tiene que pagar al primer préstamo de dos mil.
A este ritmo, al final del año tendrá una
deuda de RD$47,043. Arrastró hasta Diciembre los errores financieros
acumulados de todo el año y si dispone
de todos esos cuartos es el momento de pagar esos errores casi con la Ley
del Talión, peso por peso, ya que de esos RD$47,043 usted sólo usó RD$24,000,
los otros RD$23,000 son de intereses y serán disfrutados por los
prestamistas, gente admirable que administra sabiamente su dinero y controlan
sus instintos de consumo.
EFECTOS
EN LA EMPRESA.
Entre
los efectos negativos de las desgracias financieras personales se encuentra la
disminución de la calidad y cantidad de las labores realizadas por empleados
con problemas de dinero.
Así como las empresas dedican su atención sobre algunas
necesidades de sus empleados en el ámbito de la salud y la educación a través
de becas, subsidios y seguros médicos, así también es conveniente que emprendan
una gestión de colaboración en la búsqueda de solución al problema que padecen
muchos de sus empleados, por mal funcionamiento económico,
EL
INTERÉS DEL PRÉSTAMO.
En
todo préstamo encontramos 4 elementos esenciales:
a)
La cantidad en pesos del préstamo.
b)
El interés.
c)
El valor de los pagos mensuales o semanales.
d)
El plazo o tiempo para pagar.
El que presta lo hace cobrando una cantidad de
dinero que depende del tamaño, el tiempo para pagar y el interés del préstamo.
También pueden agregarles otros costos como seguro, gastos de abogados y demás.
Para
los fines de nosotros los pobres, calificamos de “intereses” todo lo que
paguemos que esté por encima de lo que recibimos. Sin cuentos ni disfraces.
El
interés que se le aplica a un préstamo es de enorme importancia, por tanto,
tenemos que dedicar el mayor esfuerzo posible para lograr que ese interés sea
el más bajo que existe para nosotros en toda la bolita del mundo.
Si
un prestamista no pregona a los cuatro vientos el interés que cobra en sus préstamos,
probablemente ese interés es elevado. Si a pesar de preguntar aún así lo
esconden o se van por las ramas para no decirlo, entonces prenda el motor de
sus canillas y salga huyendo de ahí, pero mire, ¡en bola de humo!
En
una ocasión acudí a un banco comercial con la intención de obtener un préstamo
de RD$25,000, para pagar en 2 años o 24 meses. De inmediato me llevaron a un
escritorio y me pidieron la cédula para sacarle copia, según me dijeron. A
propósito, la persona que me recibió en aquel desaparecido banco extranjero de
altas cumbres, yo no llegué a saber si era hombre o mujer. ¡Vainas de estos
tiempos!
Sospecho
que en esa escapada con mi cédula obtuvieron un reporte de mi historial de
crédito, en una de las 2 empresas que dan ese servicio por Internet, porque al
regreso el equipo de representantes había sido ampliado a 4 o 5 para negociar
conmigo solo ese pequeño préstamo.
Trataban
de embelesarme y apurarme con maravillas de virtudes tales como la prontitud
del préstamo, la facilidad y el poco papeleo. Me tendían el contrato e
insistían en que firmara de inmediato.
Me
sacudí de la encerrona y les dije:
Esperen un momento, ni siquiera hemos
hablado de los pagos mensuales y el interés del préstamo.
No
quisieron decirme el interés pero si los pagos, que serían de RD$2,500.
Rápidamente calculé que pagaría RD$60,000 por un préstamo de RD$25,000. Esto
significa un interés de 8.62 por ciento mensual o 103.54 por ciento anual. Al
ver esto me dije:
-“Patica
pa que te tengo”, si los prestamistas de la calle me prestan más barato.
Pero…
hasta ¡grima! O sea pena y ganas de llorar, me daba cada vez que dentro
de un carro del concho cruzaba por el frente de esos prestamistas y veía buscando
préstamos a mucha gente que le brotaba el hambre y la miseria por los poros, en
su amplia sala de espera completamente llena.
También
hace unos 5 años un famoso banco que entre sus valores proclama “Respeto al
cliente” lanzó al mercado un préstamo anunciado a los cuatro vientos, con brochure
y jovencitas parlanchinas apostadas en los cajeros automáticos. La primera vez
que me abordaron lo hicieron frente a uno de los cajeros automáticos a la
entrada de una de sus oficinas principales en Santiago.
Después
que la jovencita me encantó con todos los bombos y platillos de la oferta del
préstamo le pregunté por el interés que había que pagar. Ella no lo sabía y el
brochure tampoco lo decía. Me llevó al interior del banco para preguntar a
empleados de planta y… ¡AH! Sorpresa, ellos tampoco sabían. Tiempo después me
llegó por vías insospechadas ese al parecer “Secreto de alta seguridad de
estado”. El interés era 8% mensual.
Para esa época Trinidad me prestaba a un 4 o 5 por ciento.
Al día de hoy, para obtener todo tipo de información y trato
justo, también usted puede y debe hacer valer los derechos que nos otorgan:
1- La ley “358-05 de protección de los derechos del consumidor o usuario”.
2- “Reglamento de protección al usuario de los
servicios financieros”.
TIPOS
DE INTERÉS
A
nuestras deudas generalmente les aplican uno de los siguientes tipos de
intereses:
a)
Interés sobre el saldo insoluto o “para lo que todavía debo”
b)
Interés sobre el saldo inicial o “para toda la vida” (del préstamo).
A)
INTERÉS SOBRE EL SALDO INSOLUTO.
En
este sistema en cualquier fecha pagamos interés al dinero que todavía debemos
en ese momento y por el tiempo que ha pasado después del último pago realizado.
Regularmente
se hacen pagos mensuales de igual valor, los que son calculados por un programa
de computadoras. En la tabla 1 de pagos podemos ver que en cada pago es más
pequeña la cantidad que pagamos por intereses y mayor lo aplicado al capital.
MES
|
DEUDA
|
5% INTERES
|
ABONO
|
PAGO
|
1
|
3,000.00
|
150.00
|
441.05
|
591.05
|
2
|
2,558.95
|
127.95
|
463.11
|
591.05
|
3
|
2,095.84
|
104.79
|
486.26
|
591.05
|
4
|
1,609.58
|
80.48
|
510.57
|
591.05
|
5
|
1,099.01
|
54.95
|
536.10
|
591.05
|
6
|
562.91
|
28.15
|
562.91
|
591.05
|
TOTAL
|
~~~~~~~
|
546.32
|
3,000
|
3,546.32
|
Tabla 1
Otra forma de
pago es la llamada “decreciente”, cuya tabla de pagos
podemos elaborar nosotros mismos con una calculadorita de $35.oo. Si debe
$3,000.oo para pagar en 6 cuotas mensuales, lo primero que hacemos es dividir
los tres mil entre seis lo cual nos da un valor de $500.oo. Ese será el abono a capital cada mes. Ahora a
cada abono de $500.oo le sumaremos lo que le toque de interés en cada mes, que será menos en cada pago. Tabla 2.
MES
|
DEUDA
|
5% INTERES
|
ABONO
|
PAGO
|
1
|
$3,000
|
$150
|
$500
|
$650
|
2
|
$2,500
|
$125
|
$500
|
$625
|
3
|
$2,000
|
$100
|
$500
|
$600
|
4
|
$1,500
|
$75
|
$500
|
$575
|
5
|
$1,000
|
$50
|
$500
|
$550
|
6
|
$500
|
$25
|
$500
|
$525
|
TOTAL
|
~~~~~~~
|
$525
|
$3,000
|
$3,525
|
TABLA 2
INTERÉS “PARA
TODA LA VIDA DEL PRÉSTAMO”
En los
ejemplos anteriores vemos que el interés que pagamos el primer mes es de
RD$150.00 y que esa cantidad va bajando en la medida que disminuye el capital
de la deuda contraída.
Si esa deuda
la tenemos con “interés para toda la vida” entonces esos RD$150
se quedan pegados en todos los meses y nos aplican la primera cuota de pago de
la tabla 2 durante 6 meses, lo cual hará que paguemos 650 x 6 = RD$3,900, o sea
que en vez de RD$525 pagamos RD$900 de intereses. Tabla 3.
MES
|
DEUDA
|
5% INTERES
|
ABONO
|
PAGO
|
1
|
$3,000
|
$150
|
$500
|
$650
|
2
|
$2,500
|
$150
|
$500
|
$650
|
3
|
$2,000
|
$150
|
$500
|
$650
|
4
|
$1,500
|
$150
|
$500
|
$650
|
5
|
$1,000
|
$150
|
$500
|
$650
|
6
|
$500
|
$150
|
$500
|
$650
|
TOTAL
|
~~~~~~~
|
$900
|
$3,000
|
$3,900
|
TABLA 3
PRÉSTAMO
PUENTE.
La pobre
doñita, obrera de zona franca, ya había pagado más de RD$5,000 en intereses por
un préstamo de RD$3,000. Si, cinco mil en
intereses. No sabía cuando terminaría ese martirio ya que sólo pagaba los
intereses semanales que eran de RD$300, los cuales tenía que arrancárselos
dolorosamente a los escasos pesitos que cobraba. Estaba pagando un 10 por
ciento semanal, que equivale a 43 por ciento mensual.
Había caído
en esa trampa a raíz de la enfermedad de una hijita para la cual se vió en la
obligación de buscar de emergencia esos tres mil pesos, cuya carga, costo o
intereses ahora se convertían en una nueva amenaza para su familia porque esos
trescientos pesos que pagaba todas las semanas significaban menos comida,
medicina y educación.
En este caso
nos preguntamos ¿Pudo esta pobre señora negarse a buscar ese préstamo? ¡NO! Ese
día, en ese momento, estaba obligada a hacerlo y lo hizo.
Después de
los 2 o 3 primeros días de emergencia y angustia ¿pudo ella además de aliviar
las dolencias de su hija, encontrar con más calma la forma de disminuir la
pesada carga que iba a llevar con el pago de intereses? ¡SI!
Ella podía
buscar RD$3,000 más en otra parte a un interés mucho más bajo y con ese dinero
pagar el primer préstamo, que llamamos “préstamo puente”, el cual le sirvió
valiosamente para cruzar la peligrosa tempestad de la crisis de su amada hija.
Entre las
opciones que ella tenía se encuentran:
1ro Que alguien de la familia o amig@ se los
prestara sin intereses.
2do
Empeñar alguna prenda o electrodoméstico en “Monte de Piedad”, la compra
venta del Estado, o del Gobierno, a un interés de 6 por ciento mensual.( Av.
Las Carreras esq. Duarte, en Santiago.
Tel. 809-582-2002).
3ro
Buscar un préstamo en una cooperativa, banco comercial o en una asociación de ahorros y préstamos.
Una buena
opción que ella tenía era conseguir un “Préstamo Nómina” del banco Popular el
cual tenia o tiene ese tipo de préstamo para quienes devengan bajos salarios y
cobran a través de ese banco. Ese tipo de préstamos era o es a un 8 por ciento
de interés mensual.
Este caso nos
trae también la pregunta de por qué esta señora no tenía ahorros en un “fondo
de emergencia” que le habrían permitido afrontar la crisis sin pagarle
un centavo de interés a nadie. Ya sabemos la respuesta de mucha gente, sin
embargo piense que si un año antes esta señora hubiese empezado a guardar RD$60.00
semanales, habría tenido RD$3,120.oo en el momento de la
crisis. Debido a que a las personas de muy bajos ingresos les resulta difícil
obtener préstamos a los más bajos intereses del mercado y conseguir tarjetas de
crédito, queda confirmado que, mientras más pobres somos más necesidad
tenemos de guardar una parte de nuestros ingresos para ser usados única y
exclusivamente en casos de emergencia de los familiares más cercanos.
REFERENCIAS
DE CRÉDITO.
Es el
historial de los préstamos y créditos que se tienen en la actualidad y los que
se han tenido en el pasado. Es de vital importancia que ese historial hable muy
bien de nosotros para encontrar muchas puertas abiertas en el futuro.
Para obtener
un préstamo o una tarjeta de crédito las entidades financieras verifican
primero nuestro historial en sitios
especiales de Internet. Esa información
también podría ser usada para otros fines tales como conseguir empleo.
Si no tenemos
referencias de crédito y aunque en la actualidad no necesitemos ningún tipo de
crédito, lo más conveniente es hacer un buen historial con crédito que no tenga
costo. Si tiene más de seis meses en un empleo podrá conseguir una tarjeta de
crédito y empezar a hacer pagos con ella, aunque sólo sea la factura
telefónica.
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